Seguro que sabes que procede de China y que surgió allá por los años 618-907 después de Cristo o que una sola taza de este té equivale a 14 vasos de zumo de naranja natural. Hablamos del té blanco, una variedad tan delicada como potente y realmente peculiar ya que su recolección se centra en los brotes más tiernos y próximos a la rama, a diferencia de otras especies, y sus hojas no están fermentadas. Y es que, precisamente a que es menos procesado que otras variantes conserva sus virtudes antioxidantes en mayor medida, un importante detalle que explica la fama que le precede.
Se le conoce como el té de la belleza debido a su fuerte capacidad de combatir los radicales libres que son las moléculas responsables de la degradación de las células. Considerado como la fuente de la juventud, logra fortalecer la elastina y el colágeno, por tanto la piel, y prevenir la aparición de arrugas. Pero, además de mejorar la salud cutánea, también favorece la salud del cabello ya que protege frente a afecciones como la caspa o los eccemas capilares. En otras palabras, de alguna manera mejora el aspecto exterior.
E igualmente el interior. De hecho, se le atribuyen beneficiosos efectos protectores frente a enfermedades como el cáncer, la diabetes o problemas del sistema cardiovascular. Además puede contribuir en la pérdida de peso aunque este es un efecto que podría extenderse a todos los tipos de té ya que en su mayoría, algunos más que otros, contribuyen a activar el metabolismo y a reducir el apetito y las acumulaciones de grasa.
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Te verás mejor, te sentirás mejor.
Tea Mundi, apasionados del té en todas sus variedades y especies desde hace más de 30 años. Nuestro viaje nació de la curiosidad pero terminó por enamorarse de este universo, tan rico como inexplorado. Así, toda nuestra oferta responde a un exigente, continuo e interminable proceso de aprendizaje con el objetivo de acercar, expandir y profundizar el consumo consciente de un producto natural, saludable y de calidad. Y crear un mundo de té para todos.