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Helado de té blanco.

Ligereza y energía, son las dos cualidades más reseñables de esta receta que nos ocupa hoy. Por un lado, recurrimos al té blanco como ingrediente principal, una infusión que destaca por su suavidad en el paladar y por potentes propiedades para la salud. De hecho, es un gran antioxidante natural, capaz de combatir los radicales libres que causan el envejecimiento y diversas enfermedades. Es más, se le considera más eficaz que el té verde, al contener tres veces más polifenoles, los cuales, entre otros aspectos, contribuyen a aumentar las defensas y neutralizar la actividad de los radicales libres.

El helado, por otra parte,  tiene un aspecto, un aroma, un sabor y una textura que lo hacen muy atractivo para los sentidos. Además, tiene un efecto psicológico muy positivo, ya que evoca recuerdos felices de la infancia, de momentos especiales o de vacaciones. Dicho de otra manera, es un símbolo de placer, de recompensa y de indulgencia. Pero ¿y si lográramos reducir su carga energética y convertirlo en un postre poco calórico y delicioso?

Así surge la receta del helado de té blanco, el aliado perfecto para esos momentos que requieren un enfoque fresco, natural, ligero y de lo más placentero…

Ingredientes.
2 cucharadas de té blanco a granel, 1/2 litro de leche, 1/2 litro de nata espesa, 125 gramos de azúcar (o azúcar invertido, si lo prefieres), 6 yemas de huevo.

Preparación:
➡ Calienta la leche con el té blanco en un cazo, hasta que llegue a una temperatura de unos 80 grados, sin que llegue a hervir. Deja que el té se infusione en la leche durante unos 10 minutos, removiendo de vez en cuando.
➡  Retira el cazo del fuego y cuela la leche para eliminar las bolsitas o las hojas de té. Reserva la leche infusionada en un bol.
➡  En otro cazo, bate las yemas con el azúcar hasta que queden cremosas y claras. Pon el cazo al baño maría y sigue batiendo hasta que la mezcla espese un poco, sin que se cuaje.
➡ Añade la leche infusionada poco a poco a la mezcla de yemas y azúcar, sin dejar de batir, hasta que quede todo bien integrado. Deja que se enfríe a temperatura ambiente.
➡  Incorpora la nata espesa a la crema anterior y mezcla bien con una espátula o una varilla. Pasa la mezcla a un recipiente metálico o de plástico y llévala al congelador durante unas 3 horas, o hasta que empiece a cristalizar por los bordes.
➡  Saca el recipiente del congelador y bate la mezcla con una batidora eléctrica o una thermomix, para romper los cristales de hielo y darle más cremosidad al helado. ➡  Vuelve a meter el recipiente en el congelador y repite este proceso cada media hora, hasta que el helado tenga la consistencia deseada.
➡  Sirve el helado en copas o cucuruchos, decorado con frutos secos, fruta fresca o sirope al gusto.

Como ves, una receta tan sencilla como apetecible y es que se trata de un postre especialmente refrescante y saludable, con un sabor suave y delicado que te va a encantar.

Descubre nuestra mejor selección de tés blancos e inventa tu propio sabor.

Somos Tea Mundi, apasionados del té en todas sus variedades y especies desde hace más de 30 años. Nuestro viaje nació de la curiosidad pero terminó por enamorarse de este universo, tan rico como inexplorado. Así, toda nuestra oferta responde a un exigente, continuo e interminable proceso de aprendizaje con el objetivo de acercar, expandir y profundizar el consumo consciente de un producto natural, saludable y de calidad.

Y crear un mundo de té para todos.

Nota: la imagen no  pretende reflejar el aspecto final de la receta.

Fuente:  Directoalpaladar, cocinandoconcatman, wikihow, innatia.

 

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Flan de té rojo.

¿Te imaginas un postre que combine la cremosidad del flan, el aroma del té rojo y el sabor de la naranja? Pues existe y se llama flan de té rojo y naranja, una receta fácil y deliciosa que te sorprenderá por su originalidad y su exquisitez. Se trata de un postre que fusiona dos culturas gastronómicas muy diferentes: la europea y la oriental. Y es que combina, por un lado, un recurso típico de la cocina mediterránea, el flan, y por otro, una bebida milenaria de la tradición china, el té rojo. 

¿Cómo es posible que estos dos ingredientes se lleven tan bien? La respuesta está en la química.

Resulta que el flan y el té rojo comparten un ingrediente común: la leche, un alimento que se ha consumido desde la antigüedad en diferentes partes del mundo, tanto de forma líquida como en forma de queso, yogur o mantequilla. Y gracias a su toque suave y dulce se lleva a la perfección con sabores terrosos y ligeramente amargos, como el del té rojo. Además, la leche ayuda a potenciar los aromas del té rojo, que son intensos y complejos.

Por eso, nuestra receta de hoy transportará tu paladar a Oriente y te hará disfrutar de un postre que sabe aprovechar las cualidades del té rojo para brindarle un toque diferente y exótico al flan tradicional. Un dulce de matices suaves, cremosos y aromáticos, gracias a la incorporación de la cáscara y el zumo de naranja, y de un sabor tan único como refrescante. 

Te animas a probarlo? Te aseguramos que no te arrepentirás.

Ingredientes para 4 personas

  • 4 huevos
  • 500 ml de leche
  • 100 g de azúcar
  • 2 cucharadas de té rojo
  • 2 naranjas
  • 4 hojas de gelatina

Preparación del flan de té rojo y naranja

  1. Pon las hojas de gelatina en un bol con agua fría para que se hidraten durante unos 10 minutos.
  2. Calienta la leche en un cazo y cuando empiece a hervir, añade el té rojo. Apaga el fuego y deja infusionar durante unos 15 minutos. Cuela la leche y reserva.
  3. En un bol, bate los huevos con el azúcar hasta que queden bien integrados.
  4. Añade la leche infusionada con el té rojo y mezcla bien.
  5. Exprime las naranjas y calienta el zumo en el microondas o en un cazo. Añade las hojas de gelatina escurridas y remueve hasta que se disuelvan.
  6. Añade el zumo de naranja con la gelatina a la mezcla de leche, huevos y azúcar y vuelve a mezclar bien.
  7. Vierte la mezcla en cuatro moldes individuales o en uno grande y refrigera durante al menos 4 horas o hasta que el flan esté cuajado.
  8. Desmolda el flan con cuidado y sírvelo frío o a temperatura ambiente. Puedes decorarlo con unas rodajas de naranja o con un poco de caramelo líquido.

Atrévete a descubrir las maravillosas formas de disfrutar de viajar con el   té rojo  y nuestra deliciosa gama de aromas. Y despierta tu lado más aventurero.

Somos Tea Mundi, apasionados del té en todas sus variedades y especies desde hace más de 30 años. Nuestro viaje nació de la curiosidad pero terminó por enamorarse de este universo, tan rico como inexplorado. Así, toda nuestra oferta responde a un exigente, continuo e interminable proceso de aprendizaje con el objetivo de acercar, expandir y profundizar el consumo consciente de un producto natural, saludable y de calidad.

Y crear un mundo de té para todos.

Nota: la imagen no  pretende reflejar el aspecto final de la receta.

 

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Bizcocho de té blanco.

Tiene sus detractores que, por su sabor suave y ligero, lo consideran insípido. Pero nada más lejos de la realidad. Es cierto que el té blanco resulta muy sutil en el paladar pero su poder aromático, especialmente en repostería, es excepcional. Precisamente, esta receta se distingue por su esponjosidad y originalidad y, por supuesto, por el peculiar eco de suaves matices propio de esta variante de té. Dicho de otra manera, es la ocasión perfecta para renovar el repertorio de postres y conquistar a tus comensales con mucha delicadeza.

El té blanco, además de resultar liviano, es una importante fuente de antioxidantes pero también contribuye a reducir la presión sanguínea, a controlar el colesterol, a mantener la línea y una salud bucal adecuada, a combatir y prevenir el cáncer y otras enfermedades como la diabetes y la osteoporosis y, en definitiva, a brindar una generosa dosis de salud a cualquier dulce. Además, es un ingrediente que hidrata muy bien la masa y da al bizcocho una textura porosa, absorbente y ligera muy agradable.

Descubre cómo el bizcocho de té blanco puede convertirse en tu gran inspiración. Puedes combinarlo con frutas o, en realidad, con cualquier cosa que te apetezca. Acertarás seguro. 

Ingredientes.
4 cucharadas de té blanco en hebras, 3 huevos, 200 gr de harina, 100 gr de azúcar, 60 gr de aceite de girasol, 1 cucharada de levadura química, 1 pizca de sal, 200 gr de crema, Cáscara de 1 limón, Vainilla en esencia.

Preparación:

➡ Precalentar el horno a 180°.
➡ Colocar las hebras de té en un recipiente y molerlo hasta que quede bien fino. Si deseas acentuar el sabor puedes incrementar la cantidad de té.
➡  Batir en un bol los huevos y agregar el té, el azúcar, la pizca de sal y la vainilla. Añadir el aceite y mezclar hasta que los ingredientes se integren.
➡ Agregar la nata líquida y la cáscara de limón ligeramente rallada y mezclar.
➡ Tamizar la harina con la levadura sobre la mezcla anterior y batir con unas varillas hasta lograr una masa homogénea.
➡ Verter la preparación en un molde para horno previamente engrasado y dejar reposar durante una hora.
➡ Hornear durante 35 minutos o hasta que, al pincharlo con un palillo, éste salga seco.
➡ Retirar del horno y esperar que se enfríe. Cubrir con azúcar glass.

Si no sabes qué especie de té blanco agregar, siempre puedes probar con cualquiera de las opciones que encontrarás en nuestra amplia selección de tés. Y empieza a inventar tus propias tortas.

Somos Tea Mundi, apasionados del té en todas sus variedades y especies desde hace más de 30 años. Nuestro viaje nació de la curiosidad pero terminó por enamorarse de este universo, tan rico como inexplorado. Así, toda nuestra oferta responde a un exigente, continuo e interminable proceso de aprendizaje con el objetivo de acercar, expandir y profundizar el consumo consciente de un producto natural, saludable y de calidad.

Y crear un mundo de té para todos.

Nota: la imagen no  pretende reflejar el aspecto final de la receta.

Fuente:  Okdiario.

 

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Galletas de matcha y chocolate.

Las galletas son uno de los primeros alimentos cocinados que se conocen por el hombre. De hecho, datan de más de seis mil años de antigüedad según los hallazgos que se realizaron en los yacimientos de Suiza. Aún así, hoy en día siguen siendo un recurso gastronómico de lo más práctico que continúa conquistando los paladares más golosos. Y que, en función de los ingredientes que se utilicen, puede satisfacer también a los amantes de la nutrición, la salud y los matices exóticos y diferentes.

En este caso, hablamos de las galletas de matcha con chocolate blanco, una receta que logra combinar dos fuerzas culinarias aparentemente contradictorias: el toque amargo que ofrece el té matcha y el potente, dulce y caprichoso gusto del chocolate blanco. Una perfecta fusión de opuestos que sorprende por su aspecto y por su sabor.

Toma nota…

Ingredientes .

250 g de Harina, 150 g de mantequilla sin sal, 8 g de Té matcha, 1 huevo, 1 cucharadita de levadura en polvo, 1 pizca de sal, pepitas de chocolate blanco.

Preparación:
▪ Mezclar en un bol la mantequilla en pomada con el azúcar hasta que quede bien cremoso..
▪ Añadir el huevo y volvemos a mezclar bien.
▪ Tamizar la harina y el matcha todo junto.
▪ Añadir la harina y el matcha a la masa, la levadura y mezclamos.
▪ Agregar la pizca de sal y las virutas de chocolate y mezclar hasta conseguir una masa homogénea.
▪ Colocar un papel sulfurizado sobre una bandeja de horno.
▪ Formar con la masa discos de unos 6 o 7 centímetros de diámetro sobre el papel, distanciados entre sí, y aplastar con el dorso de una cuchara (si se pega la masa podemos mojar la cuchara en agua fría).
▪ Introducirlos en el horno precalentado a 180º C durante unos 15 minutos, hasta que queden crujientes.

Su elaboración es extremadamente sencilla y su tejido aromático complejo ya que, como hemos apuntado anteriormente, logra armonizar los marcados matices a hierba fresca y espinaca del té matcha con la intensidad gustativa del chocolate blanco. Las proporciones son perfectas para desconcertar y seducir a cualquier paladar.  Encuentra aquí y elige el toque que más te apetezca.

Somos Tea Mundi, apasionados del té en todas sus variedades y especies desde hace más de 30 años. Nuestro viaje nació de la curiosidad pero terminó por enamorarse de este universo, tan rico como inexplorado. Así, toda nuestra oferta responde a un exigente, continuo e interminable proceso de aprendizaje con el objetivo de acercar, expandir y profundizar el consumo consciente de un producto natural, saludable y de calidad. Y crear un mundo de té para todos.

Nota: la imagen no  pretende reflejar el aspecto final de la receta.
Fuente:  hola.

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Brownie de Pu Erh.

Hay recetas que logran combinar culturas muy distantes entre sí y crear simbiosis gastronómicas de lo más apetecibles. En este caso, hablamos de los brownies de Pu Erh, una hazaña culinaria que concentra la exquisitez de un dulce estadounidense, crujiente y jugoso, con los misteriosos matices aromáticos de un té oriental cargado de historia y misticismo. El primero, surgió de la casualidad, cuando el cocinero olvidó añadir levadura a su bizcocho allá por el siglo XIX; el segundo, que nada tiene que ver con el azar, procede de un tipo de árbol que se cultiva en la región de Yunnan desde hace milenios, precisamente, por sus importantes beneficios físicos y espirituales.

 

Y de esta afortunada combinación de suerte y conocimiento, surge una sencilla receta capaz de estimular los paladares más golosos y los gustos más exóticos. Una propuesta que, además, está llena de sorpresas como la incorporación de una pizca de espinacas bañada por chispas de chocolate y crema dulce. Sin duda, un postre irresistible que no va a dejarte indiferente.
Si te atreves, toma nota…

 

Ingredientes (para 12 uds).
Para el puré: 6 bolsitas de té Pu-Erh, 1 taza de agua caliente, 1 taza de espinaca picada en pedazos (debe estar totalmente seca),
Ingredientes secos: ¾ de taza de harina todo uso, 6 cucharadas de cacao natural en polvo, ¼ de taza de cacao amargo en polvo, ½ cucharadita de polvo para hornear, ¼ cucharadita de sal.
Ingredientes húmedos: 2 huevos, ½ taza de azúcar, 1 cucharada de extracto de vainilla, 6 cucharadas de aceite de canola (o cualquier aceite vegetal),
Para la crema pastelera: 3 cucharadas de crema espesa, 2 bolsitas de té Pu-Erh, 1/3 de taza de chispas de chocolate amargo o semi dulces

Preparación:
▪ En un tazón mediano, colocar las 6 bolsas de té y verter sobre ellas la taza de agua caliente. Remover y asegurarse de exprimir todo el té presionando con una cucharita.
▪ Precalentar el horno a 180ºC.
▪ Mezclar todos los ingredientes secos y dejar aparte.
▪ Triturar la espinaca durante un minuto, añadirle un poco del té hasta que se forme un puré.
▪ Mezclar todos los ingredientes húmedos, agregar el puré de espinacas y agregar los ingredientes secos.
▪ Batir muy bien la mezcla hasta que quede homogénea, verterla en el molde previamente engrasado y hornear durante 20 minutos. Dejar que se enfríe a temperatura ambiente
▪ Calentar en el microondas 3 cucharadas de crema espesa por, aproximadamente, 15 segundos. ▪ Retirar y remojar en ella 2 bolsitas de té  por unos minutos. Retirar las bolsitas.
▪ Agregar a la crema las chispas de chocolate, dejar que el calor derrita las chispas y batir hasta crear la crema pastelera.
▪ Verter la crema sobre los brownies y añadir chispas de chocolate decorativas al gusto., 

Si bien su elaboración no incluye las nueces y chocolate, ingredientes característicos de la receta clásica, estas pequeñas y esponjosas porciones derrochan sabor, textura y esponjosidad. Y, por supuesto, las pinceladas aromáticas (y saludables) de uno de los grandes tés de referencia: el Pu Erh. Encuéntralo aquí y elige el toque que más te apetezca.

Somos Tea Mundi, apasionados del té en todas sus variedades y especies desde hace más de 30 años. Nuestro viaje nació de la curiosidad pero terminó por enamorarse de este universo, tan rico como inexplorado. Así, toda nuestra oferta responde a un exigente, continuo e interminable proceso de aprendizaje con el objetivo de acercar, expandir y profundizar el consumo consciente de un producto natural, saludable y de calidad. Y crear un mundo de té para todos.

Nota: la imagen no  pretende reflejar el aspecto final de la receta.

Fuente:  teterum, punto de té, gastronomiaycia

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Pannacotta de té blanco.

Los amantes de las fresas con nata y, sobre todo, quienes están dispuestos a probar nuevos enfoques gastronómicos, están de enhorabuena con esta receta. La combinación de sabores que propone es muy similar a la fusión cítrica de las fresas y el dulzor de la nata pero con una textura novedosa, aromas sutiles  y claros matices a la italiana. Hablamos de la pannacotta de té blanco, un ejemplo de cómo ciertos postres clásicos pueden reinventarse para seguir deleitando los paladares más exigentes.

La panna cotta, literalmente nata cocida, es todo un clásico de la repostería italiana. El té blanco, por su parte, es una de las infusiones chinas más conocidas. Y las fresas, cuyo descubrimiento se atribuye a los romanos de la zona de los Alpes, es siempre un acompañamiento acertado. En definitiva, tres influencias culinarias de distintas partes del mundo que convergen en este delicioso y sencillo postre. Ideal para cualquier época del año y momento del día…

Toma nota…

Ingredientes .

250 ml de nata, 250 ml de leche entera, 4 hojas de gelatina, 2 sobres de té blanco, 100 gr de azúcar.

Preparación:
▪ Colocar las hojas de gelatina en agua fría.
▪ Calentar la leche hasta que hierva e infusionar con los dos sobres de té blanco fuera del fuego durante al menos 10 minutos.
▪ Cuando se ha conseguido la infusión, devolverla al fuego y añadir la nata y azúcar hasta que logre disolverse.
▪ Retirar del fuego y agregar las hojas de gelatina escurridas del agua. Batir con unas varillas para que no quede represado ningún grumo.
▪  Repartir la mezcla en diferentes vasitos y esperar a que pierda calor antes de llevar a la nevera (hay que esperar a que cuaje al menos durante 4 horas).
▪  Cortar unas fresas y añadir como decoración.
▪ Servir y disfrutar.

Su elaboración es sencilla y también lo es su tejido aromático y connotación sensorial. De hecho, cada bocado resulta delicado, cremoso, suave y ligeramente estimulante gracias al toque tropical que brindan las fresas. En definitiva, una fusión de sabores que aúna dos continentes y que puedes personalizar con cualquier tipo de té blanco.  Descubre aquí toda la gama y elige el que más te apetezca.

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Nota: la imagen no  pretende reflejar el aspecto final de la receta.
Fuente:  teamarket.

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Natillas con té verde.

Si existe un postre lácteo extendido en nuestra gastronomía es la crema elaborada a base de leche, yemas de huevo, azúcar y aromas como la vainilla y que llamamos natillas. Y si bien su origen es desconocido, parece que proceden de los conventos europeos donde, precisamente por su sencillez, se convirtieron en un plato idóneo para cualquier momento del día. Una simplicidad que ha conquistado los paladares desde entonces y que combina, a la perfección,  con la frescura del té verde.

Se trata de un dulce de lo más saludable y con un sabor sorprendente. Por un lado, el té verde aporta toda la energía positiva y digestibilidad necesaria para un postre y, por otro, la crema láctea proporciona unos matices aromáticos y acaramelados que convierten esta receta en una opción ligera, original y muy sana. Eso sí, para un resultado perfecto lo recomendable es utilizar siempre ingredientes de calidad, incluidas las hojas de té que deben ser de color brillante y visualmente ricas.

Así es cómo se preparan las natillas de té verde:

Ingredientes.
12 gr de té verde, 750 ml de crema de leche, 250 ml de leche entera, 140 gr de azúcar moreno, 1 cucharada de vainilla y 14 yemas de huevo.

Preparación:

Calentar en un cazo la leche y crema de leche (si se desea puede ser desnatada) sin llegar a hervir.
Añadir el azúcar moreno para que se vaya diluyendo en la leche.
Agregar el té verde a la mezcla y remover bien hasta que los ingredientes estén perfectamente integrados.
Asegurarse de que la crema no está excesivamente caliente antes de poner las yemas de huevo una a una (no deben cuajar del todo).
Dejar reposar.
Colocar las natillas en un molde y cocinarlas en el horno a 120ºC al baño maría. Se pueden cubrir con papel de aluminio para que no se quemen.
Una vez cuajadas se retiran y se sirven. Para intensificar el sabor se puede poner algo de azúcar por encima y quemarlo.

Como resultado disfrutarás de un postre de lo más tradicional y sencillo pero con un toque moderno,  saludable y estimulante. Y con la escala de aromas que elijas según el té verde que utilices. Descubre todas las opciones en nuestra amplia selección de tés. E inventa tus propias natillas.

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Nota: la imagen no  pretende reflejar el aspecto final de la receta.

Fuente:  ok diario, pompadour.

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Pollo al Rooibos.

Parece ser, según los datos científicos de los que se dispone, que los pollos comenzaron a ser domesticados hace unos 5.000 años en una jungla de la India. Y, probablemente desde entonces (o incluso antes) el hombre ya consumía su carne. Hoy en día, sigue siendo considerado un plato sencillo y nutritivo que admite muy diversos tipos de cocción y acompañamientos y que constituye todo un acierto y placer en cualquier dieta que se precie.

Una de las formas de potenciar el valor nutricional de su carne es buscando combinaciones igualmente beneficiosas para la salud. Y ciertas infusiones podrían ser la clave. La propuesta de hoy, pollo al Rooibos, nos permite explorar el intenso, suave y firme sabor de un excelente producto cárnico con el gusto aromático y dulzón de una de las infusiones sudafricanas más conocidas. En otras palabras, un explosivo cóctel de proteínas, lípidos, vitaminas y minerales, ácidos y antioxidantes que van a conquistar tu paladar.

Así es cómo puedes darle un aire muy diferente a tus muslos de pollo…

Ingredientes.

12 muslos de pollo deshuesados, 100 ml de miel, 20 ml de zumo de limón, 10 ml de salsa de soya, 5 gr de chile seco, 10 gr de té rooibos, 5 gr de ralladura de limón.

Preparación:
Cortar los muslos de pollo en trozos pequeños y atravesar cada pieza con un palito de brocheta.
En un bol, mezclar la miel, el zumo de limón, la salsa de soya, el chile, el té rooibos y la ralladura de limón.
Verter la mezcla o adobo sobre el pollo, colocar en la nevera y dejar que macere durante un par de horas.
Preparar la parrilla,  barbacoa o sartén y, cuando las brasas estén listas, cocinar las brochetas en la plancha por los dos lados hasta que se doren.
Servir con un poco de zumo de limón.

En definitiva,una fórmula rápida y diferente para transformar un bocado clásico en todo un descubrimiento. Elige tu variedad de Rooibos en nuestra selección de tés e inventa tu propia receta incorporando el aroma que más te inspire.

Somos Tea Mundi, apasionados del té en todas sus variedades y especies desde hace más de 30 años. Nuestro viaje nació de la curiosidad pero terminó por enamorarse de este universo, tan rico como inexplorado. Así, toda nuestra oferta responde a un exigente, continuo e interminable proceso de aprendizaje con el objetivo de acercar, expandir y profundizar el consumo consciente de un producto natural, saludable y de calidad.
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Nota: la imagen no  pretende reflejar el aspecto final de la receta.

Fuente:  teterum, cafetearte, pinterest

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Muffins de matcha.

Muy verde, muy de moda y altamente beneficioso. El té matcha es especialmente conocido por sus poderosas propiedades antioxidantes a las que se considera capaces de prevenir trastornos de la piel y de contribuir a mantenerla joven y bella. Aunque también se le atribuye la habilidad de influir en la termogénesis del cuerpo para incrementar la quema de calorías durante el ejercicio y la virtud de aumentar los niveles de concentración. Todo un despliegue de bondades que convierten esta infusión en una elección extraordinaria.

Sin embargo, por su intensidad y ligero sabor a hierba fresca y espinaca no resulta apto para paladares acostumbrados a aromas más tradicionales. Eso si se consume en forma de té pero lo cierto es que es posible aprovechar todas sus cualidades si se disfruta de otras maneras. Y una forma sencilla, sabrosa y original es en formato muffin, una de las recetas  de origen norteamericano más conocidas. Eso sí, no hay que confundirlos con las magdalenas ya que estas últimas no tienen sabores, no se adornan y siempre son dulces. 

Así de fácil se puede empezar, continuar o terminar el día con un dulce tan apetecible como saludable: los muffins de té matcha. ¡Una delicia cargada de energía!

Ingredientes (para 12 uds).
100 gr de copos de avena, 200 gr de harina, 2 c. de levadura en polvo, 1 c. de bicarbonato sódico, 1 C. de polvo de matcha, ¼ c. de sal marina, 85 gr de azúcar moreno claro, 4 plátanos maduros grandes, 1 huevo grande batido, 60 gr de mantequilla fundida (o aceite de oliva suave), 85 gr de nueces o nueces pacanas troceadas.

Preparación:

Precalentar el horno a 180º C.
Colocar en una bandeja cápsulas de papel para hornear dividido en raciones.
Mezclar en un recipiente grande la avena, harina, levadura, bicarbonato, matcha, sal y azúcar. Remover y hacer un hueco en el centro de la masa formada.
Aplastar los plátanos con tenedor en un cuenco y añadirlos a la mezcla
Agregar después (y removiendo) el huevo batido y la mantequilla o aceite.
Por último, incorporar las nueces y mezclar cuidadosamente para que la masa no quede excesivamente espesa o seca. Si ocurre basta con añadir algo de zumo de naranja o leche para aligerarla.
Finalmente se rellenan las cápsulas de papel con la pasta resultante creando las distintas unidades de muffin y se hornean durante 20/25 minutos. Para verificar que están en su punto se introduce un palillo hasta comprobar que sale limpio.
Se sirven al gusto  templados o fríos.

Un postre sencillo, sabroso, de textura compacta y con una estética que no dejará indiferente a nadie. Y, por supuesto, con un ingrediente de lo más exótico que relaja, desintoxica, embellece y levanta el ánimo. Encuéntralo aquí y disfrútalo como quieras.

Somos Tea Mundi, apasionados del té en todas sus variedades y especies desde hace más de 30 años. Nuestro viaje nació de la curiosidad pero terminó por enamorarse de este universo, tan rico como inexplorado. Así, toda nuestra oferta responde a un exigente, continuo e interminable proceso de aprendizaje con el objetivo de acercar, expandir y profundizar el consumo consciente de un producto natural, saludable y de calidad. Y crear un mundo de té para todos.

Nota: la imagen no  pretende reflejar el aspecto final de la receta.

Fuente:  objetivobienestar.

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Tortas de té negro y canela.

La inspiración de Obelias, el primer pastel griego; la tradición arábiga que empezó a incorporar frutos secos a los dulces; la influencia aromática de Sri Lanka que nos trajo la canela y el tono ahumado del té negro son las claves para crear una delicia tan exótica como suave y sabrosa. Una apuesta de repostería sencilla que acompaña cualquier momento del día y cualquier estación del año.

Nos referimos a las tortas de té negro con canela que ponen de relieve cómo una combinación adecuada de matices culinarios puede ofrecer resultados simples y perfectos. Además de beneficiosos para la salud. No hay que olvidar que esta infusión es todo un dechado de virtudes ya que contribuye a disminuir el nivel de colesterol en sangre, protege el sistema inmunitario, previene las enfermedades bucales, reduce los niveles de azúcar, controla la presión sanguínea, activa la mente, mejora la concentración y favorece la memoria. Eso sin contar la alta digestibilidad y el poderoso efecto antiedad de la canela.

Para los amantes de las sensaciones naturales y delicadas, caprichosas y atrevidas, estas galletas constituyen un “must” del recetario. Y su elaboración no es demasiado exigente, basta un poquito de paciencia. ¿La tienes?

Ingredientes.

2 bolsas de Té de cualquier té negro, 6 cucharadas de leche caliente, / 2 ¼ tazas de harina de todo uso, 1/2 cucharadita bicarbonato, 1/2 cucharadita sal, una pizca de nuez moscada,/ 1/2 tazas de mantequilla sin sal, ¾ taza de azúcar, 1/2 taza con 2 cucharadas de azúcar morena, / 1 huevo, ½ cucharadita de esencia de vainilla,/ ½  taza de azúcar glass, una cucharadita de canela.

Preparación:

Se precalienta el horno a 400°F.
➡ Calentar las 6 cucharadas de leche y poner una bolsa de té negro  en la leche durante al menos 15 minutos. Mientras se prepara la infusión, moler la otra bolsita de té  finamente y dejar a parte,
➡ En un tazón mediano, mezclar harina, bicarbonato, el té molido, sal y nuez moscada. Hacer a un lado.
➡ En la batidora eléctrica, cremar la mantequilla con el azúcar hasta que esté suave.
➡ Agregar el huevo, vainilla y la leche, mezclando hasta que esté combinado, limpiando los lados del tazón para asegurarnos que todo esté bien incorporado.
➡  Hacer bolas con la masa con la mano o con un cucharón para servir helado y colocarlas sobre la bandeja preparada.
➡  Colocar la bandeja en el horno de 11 a 12 minutos, o hasta que las galletas estén doradas de los lados.
➡  Sacar las galletas del horno y dejar que se enfríen durante de 10 minutos, luego pasarlas a una rejilla para que se enfríen completamente.
➡  A parte, en un tazón, mezclar el azúcar glass con la canela y cubrir  las bolas con la mezcla.

Si no sabes qué especie de té negro agregar, siempre puedes probar con cualquiera de las opciones que encontrarás en nuestra amplia selección de tés. Y empieza a inventar tus propias tortas.

Somos Tea Mundi, apasionados del té en todas sus variedades y especies desde hace más de 30 años. Nuestro viaje nació de la curiosidad pero terminó por enamorarse de este universo, tan rico como inexplorado. Así, toda nuestra oferta responde a un exigente, continuo e interminable proceso de aprendizaje con el objetivo de acercar, expandir y profundizar el consumo consciente de un producto natural, saludable y de calidad.

Y crear un mundo de té paa todos.

Nota: la imagen no  pretende reflejar el aspecto final de la receta.

Fuente:  ok diario, pompadour.